Solo en la habitación, mi brazo izquierdo extendido y mi mano derecha sujetando un cuchillo, decidido a suicidarme. Lentamente fui acercándolo a mi muñeca, cerré los ojos y empecé a trazar esa línea en mi cuerpo que me libraría de todo mal existente, acabando con todos mis problemas instantáneamente, sentí como mi sangre fluía lentamente a través de mi brazo hasta caer silenciosamente en el suelo, sentía que mi vida por fin acabaría.
Al rato sentí que mi cuerpo había perdido fuerza, la tez de mi piel ha adquirido un color pálido, me sentía mareado pero en cierta forma estoy feliz de mi decisión. Ya apunto de perder la conciencia, escuche en medio del silencio, una aguda pero débil voz en el pasillo, asustado decidí callar para que ella no se de cuenta de mi presencia, pero fue inútil, mi cuerpo estaba demasiado abatido y mi mano no podía sujetar más el cuchillo, pronto la escuche desesperadamente correr hacia mi habitación, cuando abrió la puerta note como sus lagrimas se derramaban en sus mejillas, y en medio de su llanto me preguntaba: ¿por qué? .Me quede callado, no sabia como responderle, creí que todo lo que le había escrito en esa carta era suficiente, creí que solo sería un recuerdo mas para ella, creí mal, no sabía que hacer, al parecer a alguien si le importé, odio haber hecho esto, pero no había mas remedio, mi cuerpo ya se encontraba en sus últimos momentos, una vez escuche que cuando estas a punto de morir ves toda tu vida pasar, tenia razón, recordé cada momento que viví con ella, las risas, los llantos, las peleas, los besos y abrazos, pero era tarde, al parecer mi deseo se había cumplido, me iba a convertir en solo un recuerdo, mire su rostro por ultima vez y le dije: te amo, Adiós.
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